Otra historia que contar, otra paranoia en que pensar, no consigo encontrar la manera de dejar la mente en blanco... para no pensar... que solo pienso en ti y tal vez no debería, que a veces duelen esas cuestiones que se forman en mi cabeza y me dan jaquecas... Siempre preocupado, siempre alerta, que poca seguridad se refleja en mis ojos, cuando en los tuyos se ve claramente aquello de lo que yo carezco ¿por qué? es lo único que se me ocurre preguntar.
Que te conozco desde hace tiempo, pero no se en lo que piensas ¿serás tu mi alma gemela? tal vez, quizá, puede, pero es imposible de saber, que una vez escuché que las rupturas son relaciones cárnicas que nos enseñan y nos hacen madurar, pero el problema es que yo no quiero aprender ni crecer, que tal vez debería quedarme como estoy, pero algo me dice que es imposible.
Miedo, es con lo que duermo cada noche y al despertar, es aquello que me aterra y no me deja disfrutar, no se porque será, miento, si lo se, los se perfectamente, que no soy ningún bombón ni tampoco un pivón y en ocasiones pienso que debería meter mi cabeza en un hoyo para morir asfixiado en vez de destrozado, que no quiero morir por mi miedo, que no quiero morir del corazón y es lo que pasará si no dejo de pensar...
Miro al cielo y formulo mi deseo, quiero ser feliz y sabio, fuerte y seguro, pero se que sólo es una necia ilusión formulada por mi anhelo de conseguir lo que quiero, pero ¿qué es lo que quiero? Te quiero a ti y sólo a ti, lo que no se es si tu me quieres a mi, que por mucho que tu digas no se si creer, porque me confundes cada día con solo leer todo lo que escribes para los demás...¿soy un crío? ¿soy infantil? ojala tuviera 5 años para dejar de preocuparme por la vida y los demás, que de tan buena persona soy tonto y lo sé.
Dudas vienen, dudas van, que no se que debo pensar, me repito y me repito sin parar y repitiendo repito lo que quiero sin cesar, te quiero a ti y sólo a ti pero me quiero más a mi, soy un ególatra, un engreído, soy egoísta un escogido, para ensayar los besos callejeros, para practicar en la cama del marinero, que vistió de blanco a los diez y que nunca podrá creer, que su cuento de hadas se haga realidad, que una bonita historia consiga despertar todo lo que dormido se encontraba en el interior de mi gran muralla hecha de dolor.
