martes, 8 de febrero de 2011

Una decepción en el ordenador


Sólo oigo silencio, ni un solo ruido
la lectura ya entaponó mis oídos
y cegó mi corazón, matándolo a puñaladas
para que luego me pregunten
por que nunca leo nada

No enciendas la luz, no quiero ver
si lo haces pronto empezaría a leer
y sin corazón podría continuar
pero sin alma no sabría por donde empezar
a consolar mi cuerpo humillado...

No puedo pensar, no puedo ni hablar
mi garganta congelada se quebró
y por ti, mi amor, perdí mi preciada voz
pues no escuchaste mis canciones
ni atendiste mi prosa
y ahora me marchito como una patética rosa

Y tu escribes confusiones creadas por ilusiones
y lees sentimientos sin saber que te responden
a aquellas poesías que escribiste a los perdidos
niños que por ti son muy conocidos

Pero lo entiendo, te comprendo
¿quien querría a este esperpento?
se perfectamente lo que debo cambiar
un trabajo imposible que aliviar
con un bote de sangre y una lata de dolor
con mi alma en la mesa y en la mano el corazón

No hay comentarios:

Publicar un comentario